14/10/09

Confesiones de una máscara



YUKIO MISHIMA, Confesiones de una máscara

No puedo evitar comenzar aventurándome en terrenos extraliterarios que en bien poco conciernen a la "autobiografía" en cuestión: Mishima es el creador o cuando menos el mejor publicista de los emos. No en vano la presentación del protagonista se hace, al principio de la novela, con la siguiente sentencia: "Pero no puede negarse la tendencia de mi corazón hacia la Muerte, la Noche y la Sangre". Bien es cierto que por el desarrollo posterior nada tiene este muchacho que ver con ellos pero, qué quieren, viviendo en el mundo en el que nos ha tocado vivir la relación se vuelve inevitable.

Quizá lo más discutible sea el carácter autobiográfico que el propio autor atribuía a esta novela, hasta el punto de que al entregarlo a su editor, a los veinticuatro años, lo hizo con el anuncio de que esa era la primera de sus autobiografías. Resulta difícil dar crédito a esta afirmación si tenemos en cuenta la grandilocuencia mezclada con elementos ridículos que rodean al protagonista, demasiado extremos incluso para un hombre del tipo de Mishima (este choque de conceptos recuerda incluso al del Buscón).

El autor parece empeñado en no dejar que su personaje se reconcilie con la sociedad, siempre le está poniendo trabas de tipo moral (y aquí me recuerda una vez más a los emos) según las cuales él es "raro" y es por eso que no puede ser feliz en este mundo. En realidad lo que arrastra es una serie de tabúes que hoy en día no resultarían problema de ningún tipo (básicamente se trata de un sádico y homosexual) pero que en la rígida mentalidad japonesa de posguerra resultaban todo un problema, pero también una paradoja, pues Mishima se oponía a perder esa moral tradicional.

No se trata de una novela, de todos modos, anclada en el Japón tradicional, sino que recurre constantemente a motivos literarios occidentales, muchas veces de forma evidente, incluso nombrándolos aun en boca de un niño que resultaría harto complicado que los conociese, otras veces de forma más velada, haciendo uso de ellos pero sin nombrar explícitamente las fuentes: "No padeces esa tristeza que sigue a la unión carnal con una mujer".

Les dejo a continuación con un párrafo que les dará una idea de lo que es la novela y les animo a leerla sin dilación:

Conduces a la víctima a una curiosa columna hexagonal, lo cual haces llevando oculta, a la espalda, una cuerda.Entonces atas su desnudo cuerpo a la columna, colocándole los brazos por encima de la cabeza. Procuras que ofrezca mucha resistencia y que grite mucho. Das a la víctima una detallada descripción de su próxima muerte, y mantienes en todo momento una extraña e inocente sonrisa en tus labios. Sacas del bolsillo un cuchillo muy afilado, te acercas a tu víctima y le cosquilleas levemente, como acariciándolo, la tensa piel de su pecho con la punta del cuchillo. Jadea a rugidos, aterrado. Le tiemblan las piernas y sus rodillas entrechocan produciendo un seco sonido. Lentamente introduces el cuchillo en el pecho. (¡Sí, ése es el indignante acto por ti cometido!) La víctima arquea el cuerpo, emite un desolado y desgarrador chillido, y un espasmo estremece los músculos alrededor de la herida. El cuchillo ha sido clavado en la carne estremecida con la misma calma con que hubiera sido enfundado. Salta un chorro de sangre burbujeante, y la sangre sigue manando hacia los suaves muslos de la víctima.

1 comentario:

Black Queen dijo...

El título de esta falsa (o así lo espero) autobiografía viene dado por la máscara metafórica que el protagonista debe ponerse para ocultar su verdadera personalidad y vivir así en sociedad. Si bien Mishima era bastante raro, no creo que llegara a los extremos de este personaje apocado, sádico y obsesionado con una muerte heroica. Sin embargo representa a la perfección el enfrentamiento entre la persona individual y la sociedad, que si bien es un tema universal, resultaba mucho más peliagudo en la época en que fue escrito, en un Japón recién salido de la Segunda Guerra Mundial y que perdía rápidamente sus tradicionales valores colectivos para sufrir una profunda ocidentalización.
http://elsalonaureo.blogspot.com/2010/01/podio-libros-2009.html