27/2/10

Ojos azules


ARTURO PÉREZ-REVERTE, Ojos azules

Esta reseña constituye un spoiler en toda regla, aunque no importa mucho, pues la lectura del cuento en cuestión no ocupa más de veinte minutos, lo cual no deja muy amplio margen para el suspense.

Arturo Pérez-Reverte parece haber perdido el norte, o al menos eso es lo que se desprende de algunas de sus últimas novelas. El problema no es tanto que Reverte escriba mal, que no lo hace, sino que da la sensación de no distinguir entre cuando escribe una columna y cuando escribe una novela. Me explico. Reverte siempre ha alardeado en sus columnas de cierta irreverencia que le confería un humor ácido con el que nos ha atrapado a muchos, pero últimamente se empeña en trasladar eso a su ficción, cuando lo que ahí buscamos los lectores no es una lección de carácter castizo, sino una historia bien orquestada, con unos personajes bien desarrollados y, por supuesto, divertida. En resumen: no queremos al Pérez-Reverte graciosete, sino al Pérez-Reverte novelista, que sabemos que es capaz de cosas mucho mejores, como ya demostró en El húsar, El club Dumas o las dos primeras entregas de El capitán Alatriste.

Y Ojos azules peca de esa columnización de sus novelas. En ella el ejército español llega a América y conquista aquello con mucha mala leche y mucha sangre. Entonces un soldado se tira a una india para calmar sus instintos animales. La india se queda preñada y él no sabe qué hacer, porque claro, a fin de cuentas ella sólo es una bestia con cuerpo de mujer, y él es un hombre, además español, miembro del ejército más poderoso de la tierra y que Dios ha bendecido, que eso viste mucho. ¿Cómo se va a mezclar alguien como él con alguien como ella? (Por favor, no vean aquí alegoría de un alegato contra el racismo, que no la hay, sino autobombo del "yo soy muy leído") Pero no pasa nada, porque como hay que seguir guerreando, al pobre se lo cargan los indígenas en otra batalla, ir tan lejos para buscar riquezas y encontrar la muerte, irónico destino, y se acabaron las preocupaciones. La india que, cómo no, estaba perdidamente enamorada (ella parece que no sufre el estigma de la acomplejada moral española), se queda sola y marcada por llevar el fruto del invasor en su vientre, y sólo es capaz de preguntarse si su hijo tendrá lo ojos azules, igual que el padre.

Supongo que después de tal desaguisado nos esperará una segunda parte en la que Ojos Azules Jr. habrá crecido y será un miembro integrado de la tribu que enfrentará y derrotará heroicamente al ejército español cuando regrese. Creo que eso ya lo he visto en alguna otra parte.

25/2/10

Milagros de Nuestra Señora


GONZALO DE BERCEO, Milagros de Nuestra Señora

Nunca había leído realmente este libro, aunque han sido varias las veces que he fingido haberlo hecho (¡Qué remedio! Era materia de examen). El problema era que siempre me había enfrentado a él como a un libro religioso, cuando en realidad hay que afrontarlo como una colección de cuentos. Bien es cierto que con una temática que gira en torno a la Virgen, pero no se trata de un catequismo, son cuentos. En ellos la Virgen salva, premia y castiga dependiendo de las acciones cristianas de los protagonistas, pero también en la novela del XVIII la sociedad premia o castiga dependiendo del civismo de sus protagonistas, y en el Romanticismo es el destino el que se encarga de ello.

Pero un milagro me ha llamado la atención por encima de los demás, pues supone una pequeña novela en sí mismo: La deuda pagada. En él, un hombre acomodado ve menguar su fortuna hasta casi extinguirse, y pide un préstamo a un judío, dejando como fiadora a la virgen del lugar, que será raptada por el judío en el caso de no pagarse la deuda en el tiempo estipulado. Tras esto el mercader viaja al extranjero para rehacer su fortuna y, el día anterior al vencimiento del plazo, con su fortuna restaurada y ante la imposibilidad de regresar a su tierra para pagar la deuda, coloca el pago en la orilla del mar y reza a la Virgen para que las olas lo lleven a casa del judío y todo quede en orden. Todo saldrá bien, aunque el judío no acusará el pago y será la propia Virgen quien tenga que desmentir el embuste para que el estafador reciba su merecido.

Aquí se me hace imposible no preguntarme si realmente estamos ante un procedimiento "deus ex machina", pues la Virgen forma parte activa no sólo de esta historia, sino también de todas las anteriores. No sólo aparece como elemento final de salvación, sino que los actos de los protagonistas están ordenados en torno a ella; ella es el eje en torno al cual gira todo. Por otro lado sí que es tratada como un factor externo por parte de esos protagonistas, pues recurren a ella cuando se ven en apuros y en raras ocasiones parecen llevar una vida de devoción.

Pero lo realmente interesante es cómo orquesta la enseñanza religiosa alrededor de lo que son auténticos relatos de aventuras, en ocasiones más cercanos a la evasión que al adoctrinamiento.

17/2/10

Love Hina


KEN AKAMATSU, Love Hina

La historia en sí tiene la misma calidad literaria que puede tener lo impreso en el envoltorio de un chicle pero es divertida. En esa frase queda descrito todo lo que Love Hina puede ofrecer: diversión. Uno puede reírse (y mucho) con situaciones imposibles, pero nada más. Basta echar un vistazo al argumento para corroborarlo: Un chico que ha suspendido varias veces el examen de ingreso a la Universidad de Tokio (Todai), va a la pensión de su abuela para seguir estudiando, y al llegar allí descubre que la pensión es ahora una residencia femenina de estudiantes y a partir de ese momento él se convertirá en el encargado. A partir de ahí lo que va a suceder es evidente: el chico (Keitaro) es probablemente uno de los seres más torpes del universo, y en su torpeza pillará más de una vez a las chicas en situaciones comprometidas, recibiendo golpes cada vez mayores como reprimenda.

El problema de calidad no está en la historia en sí, sino en su mala estructuración, a todas luces improvisada. Resulta evidente que ese juego de estudiar para el examen no puede alargarse hasta el infinito, y Akamatsu resuelve introducir historias, no demasiado meditadas, para alargar la cosa: Keitaro suspende de nuevo, se va de viaje, se vuelve a presentar, los visita la hermana de una chica, conocen a una pirada, se rompe una pierna... todo eso introduciendo a nuevos personajes que serán abandonados porque de nada sirven al desarrollo real de la historia. El máximo exponente de esto es la aparición de la hermana de Keitaro (Kanako), con el único motivo de rellenar un tomo más en la colección y sin ningún fundamento.

Pero la verdadera base de la historia estaría en la relación de Keitaro con una de las chicas de la residencia (Naru), con la que de niño hizo la promesa de entrar juntos en la Todai y ser así felices para siempre. Propuesta fallida, pues la relación entre ambos no sufre ningún tipo de evolución (de evolución lógica, al menos), con lo que queda reducida a un cúmulo de chistes y golpes.

En resumen: ¿Divertida? Sí. Mucho. Todo lo que queramos. Pero no esperemos encontrar absolutamente nada más ahí dentro.

14/2/10

La casta de los Metabarones


ALEJANDRO JODOROWSKY, La casta de los Metabarones

Toda aventura que se precie implica un viaje, y todo viaje literario termina por arrastrar nuestra memoria hacia la Odisea. No podía ser menos en este cómic, uno de los mejores que he leído hasta la fecha. En él, el viaje de Ulises para recuperar su patria se convertirá en uno para recuperar la propia identidad, y será desarrollado a través de una saga familiar. Nuestro primer protagonista es el único superviviente de su pueblo, con lo que, distanciándose del héroe de Homero, no hay patria que recuperar, pero ha sido adoptado por los habitantes de otro planeta y ha contraído matrimonio con la hija del líder. Así, ahora es uno más de ellos y él y sus descendientes defenderán esos orígenes que en realidad no son los suyos. El planeta será atacado para obtener un valioso bien que ellos protegen y sus habitantes serán exterminados, siendo él el único superviviente, y comenzando de ese modo la saga familiar de los Metabarones, lo guerreros más poderosos del universo.

El sacrificio y el amor romántico e inquebrantable son los dos pilares fundamentales que rigen esta familia a través de las generaciones, y llevando lo segundo siempre aparejado lo primero. Pero si bien este amor es muy similar al que Ulises mostraba por Penélope, no sucede así con el sacrificio. En varias ocasiones en la Odisea, como en el paso de Escila y Caribdis o la entrada a los infiernos, vemos como Ulises debe sacrificar a sus compañeros en busca del bien mayor, pero el sacrificio en los Metabarones debe ser personal, y es esa capacidad de sacrificio, representada por un tormento físico que resta humanidad a la persona al tiempo que se la confiere al héroe de forma metafórica, la que les permite convertirse en héroes. Ulises ya gozaba de esa condición antes de comenzar su historia, pero aquí ellos deben ganársela, ninguno ha nacido así, es algo que han tenido que ganarse a lo largo de su vida con su esfuerzo.

Por otro lado, cada uno de los Metabarones se presenta como la alegoría de una lucha distinta, resultando el más carismático de todos quien al mismo tiempo es el menos humano. Será él quien logre la meta que la dinastía se había impuesto: desprenderse de su humanidad para llegar a ser el guerrero perfecto. Sin embargo eso lo llevará a convertirse en, quizá, el más humano de todos, lo que conferirá una lógica a la evolución de la familia, que desembocará en el rechazo del guerrero y la búsqueda del sentido de la propia existencia.

12/2/10

A través del espejo


LEWIS CARROLL, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí

Si Alicia en el país de las maravillas es el juego de las ideas, A través del espejo es el de las palabras. La comicidad conseguida entonces a través de la desestructuración de situaciones habituales, se consigue ahora a través de la conversación, mediante la desautomatización del lenguaje y un sutil análisis de la conversación, que fabrica chistes hilarantes para los niños y dilemas sociolingüísticos para los adultos. Y es que esta segunda parte, más interesante y mejor estructurada que la primera, más ambiciosa en suma, parece empeñada en que reflexionemos acerca de cómo nos comunicamos, algo que viene favorecido por la evidente falta de entonación en el texto escrito.

Los elementos más recurrentes son la literalización de frases hechas, la dilogías siempre dispuestas a la confusión y la libertad en el uso del lenguaje, que llega a confundirse con su desconocimiento. Elemento este último que, si bien ya se molestó Carroll entonces en nombrarlo, hoy en día alcanza cotas preocupantes, sobre todo en los profesionales del lenguaje, como es el caso de muchos periodistas y algunos escritores.

En definitiva se trata de una historia mucho mejor cohesionada que la anterior, más intelectual, que organiza todo alrededor de una supuesta partida de ajedrez que, en realidad, nunca llega a producirse, pero que conforma un mundo de lo más atractivo, igual de disparatado que el anterior y más familiar para la escasa imaginación de nuestros ojos adultos.

9/2/10

Regreso a Barrow


STEVE NILES, BEN TEMPLESMITH, 30 días de noche: Regreso a Barrow

Si la búsqueda de profundidad en Días oscuros sólo había conseguido infantilizar la historia, en esta tercera parte se vuelve a la sencillez y contundencia de 30 días de noche. Desgraciadamente el temor que nos asaltaba al final de aquella segunda parte con respecto a las vías argumentales abiertas se ve corroborado aquí, y es que los argumentos del comebichos y de Dane son cerrados de forma abrupta y sin ser en absoluto desarrollados.

Pero el cómic tiene otras virtudes, rescatadas en su mayoría de la primera parte: una historia directa que no pierde tiempo en explicarse a sí misma, docenas de lugares comunes que refuerzan el tono general de la obra y, lo más importante, hemos cambiado el terror por la acción. Si antes teníamos familias asustadas e indefensas, ahora tenemos a hombres armados y dispuestos a plantar cara a un enemigo que busca venganza. En realidad el planteamiento resulta el más interesante de las tres entregas, creando una tensión "in crescendo" que culminará con el ataque a la aldea, momento hasta el cual todo funcionará con engranaje perfecto. Lástima que lo que venga a continuación sea interesante pero no tan bien desarrollado como lo anterior. El elemento sorpresa que nos tienen preparado realmente nos sorprende, pero deja cierto regusto amargo con respecto a lo que podría haber sido.

Para mí, la mejor de las tres partes, aunque flojee un poco hacia el final.

7/2/10

Alicia en el país de las maravillas


LEWIS CARROLL, Alicia en el país de las maravillas

La de Alicia es una historia que todo el mundo parece conocer, o que al menos cree conocer. En la mayoría de los casos lo más cercano a esta afirmación son aquellos que en algún momento vieron aquella adaptación en dibujos animados realizada por Walt Disney. Es cierto que resulta una lectura interesante tanto para niños como para adultos, pero en modo alguno se me antoja la obra maestra que representa que es. El juego de los cambios de tamaño no pasa de ser un mero divertimento infantil, y la aparición de la reina y la baraja de cartas como elemento "unificador" del conjunto parece insuficiente.

Quizá la escena más interesante de todas sea la merienda de locos, con el sombrerero, la liebre de marzo y el lirón tomando el té y manteniendo una conversación delirante, no muy distinta de lo que pueden parecer nuestras importantísimas disquisiciones a un niño de cinco años, única edad en la que, como todos sabemos, se piensa en cosas realmente importantes. Y es que aquí nos resulta más fácil identificarnos con los tres chiflados que con Alicia, que, a pesar de su corta edad, representa el elemento adulto, y cuando a una edad ya cumplida leemos un libro infantil queremos ser niños, alocados e irresponsables, y no el elemento que impone la razón.

Sin embargo, por interesantes que resulten varios de los momentos de Alicia en el país de las maravillas, esos momentos, brillantes en ocasiones, resultan inconexos hasta el punto de que una vez concluida la lectura es difícil rememorar el hilo de la historia. Aunque tiene los suficientes méritos para que nadie deba admitir no haber tomado un té con el sombrerero loco, o no haber perseguido a la carrera al conejo blanco, con temor a llegar tarde no sabemos muy bien a dónde.