17/2/10

Love Hina


KEN AKAMATSU, Love Hina

La historia en sí tiene la misma calidad literaria que puede tener lo impreso en el envoltorio de un chicle pero es divertida. En esa frase queda descrito todo lo que Love Hina puede ofrecer: diversión. Uno puede reírse (y mucho) con situaciones imposibles, pero nada más. Basta echar un vistazo al argumento para corroborarlo: Un chico que ha suspendido varias veces el examen de ingreso a la Universidad de Tokio (Todai), va a la pensión de su abuela para seguir estudiando, y al llegar allí descubre que la pensión es ahora una residencia femenina de estudiantes y a partir de ese momento él se convertirá en el encargado. A partir de ahí lo que va a suceder es evidente: el chico (Keitaro) es probablemente uno de los seres más torpes del universo, y en su torpeza pillará más de una vez a las chicas en situaciones comprometidas, recibiendo golpes cada vez mayores como reprimenda.

El problema de calidad no está en la historia en sí, sino en su mala estructuración, a todas luces improvisada. Resulta evidente que ese juego de estudiar para el examen no puede alargarse hasta el infinito, y Akamatsu resuelve introducir historias, no demasiado meditadas, para alargar la cosa: Keitaro suspende de nuevo, se va de viaje, se vuelve a presentar, los visita la hermana de una chica, conocen a una pirada, se rompe una pierna... todo eso introduciendo a nuevos personajes que serán abandonados porque de nada sirven al desarrollo real de la historia. El máximo exponente de esto es la aparición de la hermana de Keitaro (Kanako), con el único motivo de rellenar un tomo más en la colección y sin ningún fundamento.

Pero la verdadera base de la historia estaría en la relación de Keitaro con una de las chicas de la residencia (Naru), con la que de niño hizo la promesa de entrar juntos en la Todai y ser así felices para siempre. Propuesta fallida, pues la relación entre ambos no sufre ningún tipo de evolución (de evolución lógica, al menos), con lo que queda reducida a un cúmulo de chistes y golpes.

En resumen: ¿Divertida? Sí. Mucho. Todo lo que queramos. Pero no esperemos encontrar absolutamente nada más ahí dentro.

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